JARDÍN MATERNAL
Desde el Jardín Maternal, la institución escolar tiene la responsabilidad de crear para los niños oportunidades para aprender, pues enseñar es generar condiciones para que otro aprenda, tarea primordial de los docentes. El vínculo pedagógico escolar se inicia con la presencia de un adulto capaz de transmitir una experiencia cultural, interviniendo entre las posibilidades reales y potenciales del niño, reconociéndolo como sujeto activo y capaz de recibir un legado.
Esto implica hablar de un aprendizaje con sentido y significación para cada individuo, de evitar el fracaso escolar para que el esfuerzo por parte de la sociedad a fin de que ese primer contacto con una organización social proyecte influencias positivas en su futuro como ciudadano.
Desde el primer momento, esperamos que los niños vayan construyendo la idea de que el jardín puede ofrecerles una experiencia formativa y desafiante, que los va a incluir a todos, que les abrirá una puerta de nuevos conocimientos y la posibilidad de integrarse al mundo desde sus deseos intereses y posibilidades.
La apropiación del conocimiento del mundo que lo rodea por parte del niño, así como la formación de su identidad personal y la construcción de su autoestima, requiere de la comunicación como factor relevante.
La comunicación le permite conocerse y relacionarse con el mismo, con el otro y con el mundo, en su camino hacia la socialización.
En este proceso de interacción constante, el niño forma parte de una red vincular que lo marca como ser social y le transmite una cultura de convivencia.
Intuitivamente, el niño hace uso de diferentes formas de comunicación: la voz, el movimiento corporal, el lenguaje y el juego.
A través de los lenguajes, el niño puede expresar ideas, sentimientos, estados de animo y fantasías. Mediante la imitación, la improvisación y la creación, explora y construye las formas de expresión y comunicación.
